• Las matriculaciones de turismos y todoterreno caen un 15,7% en el mes de septiembre, hasta las 59.641 unidades, respecto de septiembre de 2020.
  • Las matriculaciones de vehículos comerciales ligeros se reducen en el mes un 30% respecto de septiembre de 2020, hasta las 9.930 unidades.
  • Los vehículos industriales, autobuses, autocares y microbuses cierran el mes de septiembre con una caída de las entregas del 4,2%, con 1.983 unidades.

Madrid, 1 de septiembre de 2021. Las matriculaciones de vehículos registran un nuevo mes en negativo comparado con el año pasado. En concreto, las matriculaciones de turismos y todoterrenos registran una fuerte caída de las entregas, con un descenso del 15,7%, hasta las 59.641 unidades.El acumulado del año registra, comparado con el mismo periodo de 2020, una subida del 8,8%, hasta las 647.955 unidades. Comparado con los nueve primeros meses de 2019, las ventas acumuladas de turismos y todoterrenos caen un 33%.

El canal de alquiladores consigue aumentar sus ventas, en este entorno, un 39,6%, hasta las 5.373 unidades. El más penalizado sigue siendo el canal de particulares, que entrega solo 28.593 y una caída del 21,8%. Por su parte, el canal de empresas cae un 15,3%.

Las emisiones medias de CO2 de los turismos vendidos en el mes de septiembre se quedan en 119,4 gramos de CO2 por kilómetro (WLTP), un 7% inferior a la registrada el año pasado en este mes.

VEHÍCULOS COMERCIALES LIGEROS

En septiembre, se han matriculado 9.930 vehículos comerciales ligeros, que supone un 30% menos que en 2020. En el acumulado del año, las ventas de vehículos comerciales ligeros alcanzan las 120.053 unidades, aumentando un 9,9% respecto a 2020. Por canales, destacan los autónomos, que caen un 43,6%.

INDUSTRIALES Y AUTOBUSES

Las matriculaciones de vehículos industriales, autobuses, autocares y microbuses caen un 4,2% respecto a septiembre del año pasado, con 1.983 unidades. En el acumulado del año, las ventas en este segmento crecen un 14,3% respecto de 2020, hasta las 16.219 unidades, pero con una caída del 20,3% si se compara con el mismo periodo de 2019.

DECLARACIONES                      

Noemi Navas, directora de Comunicación de ANFAC, explicó que “la suma de la crisis provocada por la pandemia, la incertidumbre de los consumidores ante cómo va a evolucionar la crisis económica y la falta de semiconductores está suponiendo una caída del mercado mucho peor de la pronosticada a principio de año. No esperamos que la escasez de chips tenga una solución a corto plazo ni que el mercado recupere impulso en el último trimestre y por lo tanto, las previsiones de cierre son más bajas”.

Raúl Morales, director de comunicación de FACONAUTO, indica que “las matriculaciones del mes de septiembre han mantenido la misma tónica negativa que los dos meses anteriores. De esta manera, completamos tres meses en los que se han agudizado los efectos de la crisis de los microprocesadores sobre las ventas de vehículos, particularmente sobre el canal de particulares, que el mes pasado volvió a caer por encima del 20%. Los concesionarios siguen sin tener stock suficiente para atender la demanda, pese a lo cual los muchos clientes se están mostrando cada vez más comprensivos con esta situación y están dispuestos a esperar por su vehículo. En cualquier caso, la incertidumbre es grande, porque no hay un horizonte claro de cuándo volverá a haber coches en el mercado, lo que aboca ya a los concesionarios a repetir en el presente ejercicio un nivel de ventas tan bajo como en 2020.”

Según la directora de Comunicación de Ganvam, Tania Puche, “la crisis global de chips continúa haciendo mella en la automoción. A la escasez de semiconductores se le suma la subida desbocada del precio de las materias primas y de los costes logísticos, especialmente del transporte por vía marítima. Si a la falta de oferta le añadimos la cuesta de septiembre y la incertidumbre tecnológica que se detecta entre los compradores a la hora de escoger coche, tenemos una tormenta perfecta de cara a la recta final de año. Una de las mayores preocupaciones ahora es que esta crisis no derive en destrucción de empleo. En este sentido, medidas de flexibilidad laboral como los ERTE pueden contribuir a amortiguar la situación, pero es necesario un plan sólido ante la previsión de que este desabastecimiento se prolongue en el tiempo porque solo la distribución de vehículos da trabajo de calidad a más de 350.000 personas”.