El pasado 28 de junio tuvo lugar la presentación de la primera edición del Informe ANFAC sobre “Vehículo Autónomo y Conectado” en el que José López-Tafall, director general de ANFAC, conversó con Jorge Ordás, subdirector general de movilidad y tecnología de la DGT, acerca del vehículo autónomo y su posible incorporación a la red de carreteras del país. “Estamos trabajando para que de aquí a un año o año y medio dispongamos de una normativa que permita llegar al menos al nivel SAE (Society of Automotive Engineers) 3 de autonomía en los vehículos”, anunció Jorge Ordás. Con este nivel, el conductor tiene la posibilidad de conducir sin necesidad de utilizar las manos durante una larga distancia, pero manteniendo el control y atención sobre la conducción.
«Estamos trabajando para que de aquí a un año o año y medio dispongamos de una normativa que permita llegar al menos al nivel SAE 3 de autonomía en los vehículos»
Jorge Ordás – Subdirector de movilidad y tecnología de la DGT
El informe, elaborado por ANFAC, analiza cuatro ámbitos fundamentales para generar un ecosistema apropiado para la puesta en marcha del vehículo autónomo y conectado: ciberseguridad, conexión, inversión tecnológica y la red de carreteras. En torno a estos cuatro indicadores, el informe sitúa a España en la 12ª posición de los 17 países analizados. España destaca en lo que a red de carreteras se refiere, pero se encuentra necesitada de conexión e inversión tecnológica para escalar posiciones en el ranking. “Tenemos una red de carreteras amplia que vertebra el país y de la que tenemos que estar orgullosos. La clave es tenerla cuidada y bien señalizada. Si la señalización está en perfecto estado, el vehículo autónomo será capaz de seguir bien estas señales y conducir sin problemas”, señalaba Jorge Ordás, y añadió: “Desde la DGT pensamos que sería un error esperar a que las carreteras estén conectadas; la tecnología del vehículo autónomo tiene que valer para todos los países, así que pensar que toda la red de carretera mundial va a estar conectada no es realista”.
La actual normativa está por debajo de las posibilidades tecnológicas de las marcas
Actualmente, la Ley de Tráfico marca el límite de conducción autónoma en el nivel SAE 2, de hecho, el 62% de los turismos que circulan por la red de carreteras disponen de este nivel y un 23% ya dispone de tecnología de nivel 3. Tal y como explicó López-Tafall, “el nivel medio de capacidad de autonomía potencial que pueden tener los turismos es de 3,3, así que es necesario que la regulación, al menos, alcance el nivel 3 para aprovechar la tecnología disponible”. Para los vehículos ligeros la oferta actual cuenta con vehículos de hasta un nivel 3 de autonomía, representando el 5% de los modelos totales. Por su parte, en la gama de industriales, ya un 9% de la oferta en mercado incluye la tecnología necesaria para poder funcionar con un nivel 3 de autonomía.
Desde el punto de vista de la viabilidad, la buena noticia es que todas las marcas disponen de vehículos que tienen la tecnología necesaria para llegar al nivel SAE 5. En general, los niveles potenciales en turismos son mayores porque son vehículos con los que es mucho más fácil realizar todo tipo de pruebas, y también porque la propia economía de escala justifica que el mayor desarrollo se produzca en estos vehículos.
«El nivel medio de capacidad de autonomía potencial que pueden tener los turismos es de 3,3, así que es necesario que la regulación, al menos, alcance el nivel 3 para aprovechar la tecnología disponible»
José López-Tafall
Respecto a la normativa, Francia y Alemania son los dos países de la Unión Europea que han realizado pasos por delante a la legislación europea, que se mantiene cauta a la hora de innovar en el vehículo autónomo. Desde ANFAC señalan que, para realizar el informe, se han estudiado de cerca estas dos normativas y que “se está luchando para que ese gap que tenemos únicamente con esos dos países se supere pronto y permita situarnos a la cabeza de la movilidad autónoma y conectada”, señaló López-Tafall. Respecto a la ventaja competitiva del país, Jorge Ordás señaló que España “está en una situación favorecedora”, pues fue el primer país que permitió la posibilidad de hacer pruebas de vehículos automatizados en carreteras abiertas. También señaló que: “El vehículo autónomo va a tener que convivir con el resto de los vehículos, así que tendrá que cumplir con el reglamento tradicional de circulación, por tanto, tendrán que someterse a una serie de pruebas que determinen este reglamento”. Desde la DGT se aseguró: “Nos dedicaremos a facilitar a las marcas un entorno para poder desarrollar esas pruebas”.
ANFAC y la DGT aseguran que no se va a dejar de lado la principal prioridad, que es la seguridad de los conductores. Ordás rompió una lanza a favor del coche autónomo: “el vehículo no tiene distracciones como sí puede tener una persona, y aportará información suficiente para evitar accidentes”.
Pero además de evitar accidentes, la llegada del vehículo totalmente autónomo a España tiene más aspectos positivos, como innovar en el sistema de reparto e imitar a países como California, donde se autorizaron el pasado 5 de junio los primeros taxis sin conductor, una tendencia que recibe el nombre de robotaxi y que podría abrir nuevas formas de servicios en el país.
El ejercicio presentado por ANFAC es complejo e innovador y abre un debate que ha de permitir desarrollar el entorno necesario para posicionar a España como líder de la producción mundial de vehículos autónomos y conectados. Contamos con la tecnología necesaria para avanzar en la dirección correcta, pero, para poder prosperar, es necesario que se active desde ya una cooperación entre fabricantes, administraciones y órganos reguladores que establezcan las líneas necesarias para que veamos esta tipología de vehículos pronto en nuestras carreteras.