Autor: José Vicente de los Mozos, presidente de ANFAC
Esta tribuna se publicó en la revista Ejecutivos
en la edición de febrero-marzo

Hace un año, justo en esta época, vislumbrábamos un 2020 lleno de oportunidades. El sector de la automoción tenía como enfoque continuar con el avance y modernización de la movilidad, con unas expectativas de ventas superiores al millón de automóviles, con la expansión de la electrificación de vehículos e infraestructuras de carga y con el desarrollo de nuevas tecnologías sostenibles.

Pero todo cambió con la llegada de la pandemia de la COVID 19. Nuestra economía, nuestras rutinas, encajaron un duro golpe que se prolongó durante todo el año y que se está extendiendo hasta el presente 2021. Hemos vivido meses muy difíciles de estancamiento económico generalizado. Todos los sectores productivos se vieron afectados, pero unos más que otros. Entre los más damnificados se encuentra el nuestro, el sector de la automoción, tan estratégico para la economía española al ser el responsable de cerca de 2 millones de puestos de trabajos y representar a la industria más importante del país, cuyo peso asciende al 11% del PIB.

Durante casi dos meses, la cadena de valor de la automoción tuvo que parar al completo. Un hecho sin precedentes que vino acompañado de una caída histórica en la producción (-98%) y en la matriculación (-97%). Las asociaciones representantes de la industria propusimos al Gobierno la ejecución de un plan para revertir esta situación que se antojaba insostenible, y el pasado junio, el Gobierno nos presentó el Plan de Impulso a la Cadena de Valor del Sector de la Automoción, con un Plan Renove que, en teoría, era una gran oportunidad para estimular la demanda a la par que se renueva el parque automovilístico. Pero, en la práctica, este plan llegó a su fin el pasado 31 de diciembre y solo se ha utilizado un 16% de los 250 millones asignados. Además, la adaptación automática del impuesto de matriculación a los datos de medición de la nueva normativa de medición de emisiones WLTP supone, de facto, una subida del impuesto que va a dificultar aún más la recuperación. Según nuestras estimaciones, este cambio en el impuesto va a tener como efecto una caída de ventas adicional cercana a los 100.00 vehículos.

«El cambio en el impuesto de matriculación, por la adaptación de la noramtiva WLTP, va a tener como efecto una caída de ventas adicional cercana a los 100.00 vehículos»

2021: previsiones nada halagüeñas

Venimos de uno de los peores años en cuanto a matriculaciones se refiere. En 2020 el mercado de vehículos nuevos cayó un 32%, llegando solo a las 850.000 unidades, unas cifras que no veíamos desde el final de la anterior crisis en 2014. Con la falta de un nuevo plan Renove y la subida del impuesto de matriculaciones —que va a afectar al 74% de los modelos producidos en el mercado nacional—, las previsiones no son halagüeñas. Desde la industria vislumbramos un nuevo ejercicio complicado, en el que volveremos a quedarnos por debajo de la cifra del millón de matriculaciones, según las valoraciones iniciales, muy influido por la coyuntura económica y las medidas antes citadas. Tenemos la esperanza de que el segundo semestre de 2021, con el previsible inicio de la recuperación económica, la situación mejore.

Pero este nuevo contexto no se va a dar por ciencia infusa: necesitamos ser proactivos y pasar a la acción, y no solo en el sector de la automoción.

Esta crisis ha sido y está siendo dura, pero de todo lo malo se puede aprender. La pandemia ha destapado tanto las carencias como las fortalezas económicas, dejando claro que el camino para evolucionar y crecer no es otro que una fuerte apuesta por las nuevas tecnologías y el sector industrial. España debe apostar por la automoción, que genera, directa e indirectamente, cerca de 1,9 millones de puestos de trabajo.

Por ello, somos clave para la economía —la primera industria del país y la novena más competitiva del sector a escala mundial— y no podemos permitir que una de nuestras joyas pierda competitividad. De hecho, el objetivo debe ser aumentar la relevancia de la industria del automóvil en el panorama global, pero esto no podemos hacerlo solos.

«La automoción es clave para la economía y no podemos permitirnos que una de nuestras joyas pierda competitividad. Pero no podemos hacerlo solos»

José Vicente de los Mozos

Una movilidad sostenible y con futuro

Para ello, desde el sector apostamos por la movilidad del futuro, sostenible, comprometida con el medio ambiente y con los objetivos marcados por Europa para 2040.  Como muestra de ello, el sector del automóvil es el primer inversor de la UE en I+D, responsable del 28% del gasto total, con 57.400 millones al año.

No son solo palabras, son hechos: en el sector estamos centrando nuestros esfuerzos y recursos para satisfacer las demandas de la sociedad a la par que colaboramos para erigir un futuro mejor para las generaciones más jóvenes. Este objetivo se antoja complicado, especialmente porque necesitamos el apoyo de las administraciones y una ruta homogénea que facilite la transición hacia una movilidad sostenible.

Desde el sector, le pedimos al Gobierno y a las administraciones regionales que colaboren con nosotros para trabajar en un ambicioso plan para definir una estrategia con múltiples objetivos en los que todos los miembros de la sociedad nos veremos beneficiados. Una colaboración público-privada que se centre en satisfacer las demandas sociales de una nueva movilidad —más sostenible, más moderna, más digital— a la par que aumentamos el poder de una industria clave para España.

Estamos ante la oportunidad de mantener nuestra relevancia mundial también en la nueva movilidad y no debemos desaprovecharlo. Si actuamos de la forma correcta, siguiendo un modelo común, con una participación conjunta de toda la sociedad, podremos consolidar nuestro liderazgo y continuar siendo una potencia automovilística global, un ejemplo a seguir por las demás economías.

«Si seguimos un modelo común, con una participación conjunta de toda la sociedad, podremos consolidar nuestro liderazgo y continuar siendo una potencia automovilística global»

José Vicente de los Mozos

Pero esta oportunidad no va a durar para siempre. Por ello, debemos ser decididos, debemos actuar ya. Hay que aprovechar todos los recursos que se están poniendo en marcha a nivel europeo, con el Fondo de Recuperación, y a nivel nacional, activar en la práctica las medidas anunciadas en el Plan de Impulso a la Cadena de Valor de la Automoción, para recuperar, a corto plazo, el ritmo de producción y ventas, y, a medio plazo, para adaptar y transformar nuestras cadenas de producción y generar un mercado fuerte en vehículos más eficientes. Así lograremos salir de esta crisis con una industria más fuerte y competitiva, mejor posicionada para encarar los retos del futuro de descarbonización y digitalización. No podemos quedarnos atrás: esto es una carrera de fondo, y nuestros competidores ya están en marcha.

«Tenemos claro nuestro objetivo, ser los líderes de la movilidad del futuro, no solo en España, sino en todo el mundo»

José Vicente de los Mozos

En ANFAC tenemos claro nuestro objetivo, ser los líderes de la movilidad del futuro, no solo en España, sino en todo el mundo. Nuestro país tiene un tremendo potencial, pero hay que exprimirlo de la forma adecuada. De hecho, el automóvil debe ser nuestro proyecto-país, ya que la movilidad del futuro puede convertirse en el eje central de nuestra recuperación económica. Si hacemos bien las cosas, si trabajamos juntos compartiendo el mismo modelo empresas y administraciones, podremos conseguir grandes logros, de los que todos nos veremos beneficiados.

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