Una constante puja por la competitividad
La movilidad, como concepto amplio, ha venido en los últimos años a redibujar el entorno en el que trabaja la industria de la automoción. El vehículo privado, como posesión individual, forma ahora parte de un ecosistema en el que ha adquirido mucha importancia la movilidad bajo demanda, en donde la manera de desplazarnos se configura en función de las necesidades y circunstancias del momento. La movilidad, por lo tanto, es un derecho del ciudadano, su derecho a desplazarse cómo, cuándo y a dónde quiera, pero su definición definitiva no corresponde unilateralmente a Gobiernos o a fabricantes de vehículos o a tecnológicas proveedoras de aplicaciones. La definición nos corresponde a todos, como sociedad. Tenemos que definir qué tipo de movilidad es la más adecuada para España y en qué condiciones. Para nosotros, para ANFAC, la movilidad ha de ser inteligente, sin emisiones, accesible y asequible y que el modelo común se aplique al conjunto del territorio español, de una manera ordenada y homogénea.
El mundo está cambiando y nosotros con él. Los fabricantes estamos, en la parte que nos corresponde, plenamente comprometidos con este cambio, adaptando ya nuestra oferta a la demanda cambiante de los ciudadanos con tecnologías más eficientes, que reduzcan las emisiones y que incrementen la conectividad, la seguridad y el confort. Pero en este nuevo entorno, desaparece el concepto de producción de una manera lineal (diseñar, fabricar, vender el vehículo) para convertirse en un ecosistema de diferentes proveedores y servicios en donde las tecnologías y los nuevos componentes tienen mucho que decir. Ese “smartphone con ruedas” que será el coche del futuro abre un abanico de desafíos, pero también de nuevas posibilidades de negocio en donde las automovilísticas han de participar también.
España, como uno de los principales fabricantes de vehículos de Europa y del mundo, tiene que posicionarse en este nuevo entorno, con fuerza, para no perder ese 3% que representa en la producción global de coches y mantener su posición como segundo productor europeo. Somos la primera industria exportadora del país, que representa el 10% del PIB y la importante implantación en el territorio, con 17 fábricas en diez comunidades autónomas, ha permitido la creación y crecimiento de una fuerte red de industria auxiliar de componentes, cuya cercanía es muy positiva para nuestra competitividad.
La ministra de Industria, Reyes Maroto, (en el centro) con la Junta Directiva de ANFAC
Porque la clave para proteger esta fuerte implantación está en pelear día a día por la competitividad de nuestras fábricas. No basta con hacerlo bien una vez, porque esto no es una carrera de velocidad sino una continua carrera de relevos. Es necesario atraer las inversiones y los modelos que respondan a las nuevas necesidades y demandas del consumidor. Vehículos más eficientes y más equipados tecnológicamente pero también, servicios de movilidad que permitan al usuario una mayor flexibilidad y que se adecúe a sus necesidades de transporte. Estamos haciendo nuestros deberes, con más de 10.000 millones invertidos en los últimos cinco años. Más del 60% de los modelos que salgan al mercado en los próximos meses tendrán versión eléctrica o híbrida, además de los motores de combustión más avanzados y eficientes.
Pero como decía al principio, la definición de la movilidad que queremos como país no la decidimos los fabricantes en solitario ni tampoco podemos, en este entorno múltiple, trabajar en la competitividad de las fábricas de forma aislada. Necesitamos, hoy más que nunca, a las administraciones, a los agentes sociales, a los trabajadores y al conjunto de la sociedad para que esta implantación se mantenga . Necesitamos un mercado y una demanda fuerte de vehículo eléctrico y alternativo si queremos consolidar la fabricación de estos modelos en España. Si tenemos un nivel de penetración del vehículo eléctrico en España del 0,5%, es muy difícil que se atraigan modelos para su fabricación. Es necesario hacer crecer exponencialmente las infraestructuras de recarga, apostar por planes de achatarramiento y compra que renueven el parque automovilístico. No vamos a fabricar para exportar el 100% y la demanda no llegará si no se facilitan las condiciones.
Necesitamos reformas de carácter industrial que reduzcan los costes logísticos y energéticos al nivel de los países de nuestro entorno. Somos un país creativo y dinámico, pero nos cuesta tomar decisiones estructuradas y estables en el tiempo. Es importante avanzar en la puesta en marcha de estas soluciones. Es por esto que ANFAC está trabajando en un plan estratégico de cara a 2030, que sea una propuesta de valor y constructiva para el conjunto de la sociedad en la definición de la movilidad y en la apuesta por la competitividad. Para que España mantenga su liderazgo en una industria clave para el país y para el futuro.
D. José Vicente de los Mozos
Presidente de ANFAC