Autor: Mario Armero, vicepresidente ejecutivo de ANFAC
Tribuna para Urban Mobility, ejemplar de febrero de 2019
A lo largo de muchos años hemos sido testigos de cómo la industria de la automoción ha ido diseñando su futuro aplicando la mejor tecnología disponible y llevando a cabo grandes inversiones en I+D. Estos esfuerzos le han permitido mantenerse a la vanguardia, e incluso ser pioneros en innovación industrial. Pero hoy en día, la evolución de la industria no viene marcada únicamente por los fabricantes y su innovación sectorial. Ahora se suma a este desarrollo una revolución mucho mayor: la movilidad inteligente, en la que entran a formar parte otros muchos factores.
Estamos viviendo un verdadero cambio en la movilidad que está diseñando nuevas líneas de futuro para el sector de la automoción, modificando el negocio tradicional y centrando la oferta, no solo en el producto, sino en el desarrollo de soluciones. Podemos decir que en poco tiempo pasaremos de ser la Industria de Automoción a la Industria de la Movilidad.
La disrupción tecnológica en la forma de movernos está cambiando los hábitos de los ciudadanos, que actualmente entienden la movilidad como un servicio. Ahora, a través de su móvil, buscan soluciones personalizadas e inmediatas al conjunto de sus desplazamientos, decidiendo en cada momento cual es la opción más eficiente, menos contaminante, más asequible y sencilla. Pero, además, las ciudades también están adquiriendo un papel muy relevante. Ahora regulan su propia movilidad según su diversidad y necesidades, como la mejora de la calidad del aire, la reducción de la congestión y la peatonalización de centros urbanos. En este nuevo ecosistema, el foco va a estar en dos lugares: el cliente y las ciudades. Esto es lo que realmente modifica el futuro de la automoción.
La movilidad inteligente abre además un paradigma de desarrollo económico, de nuevas líneas de negocio relacionadas con cuatro mega tendencias de las que tenemos que estar muy pendientes: la electrificación y la conectividad, la movilidad compartida y la conducción autónoma. Son aspectos en los que la automoción va a poner todos sus esfuerzos sin perder de vista que la movilidad del futuro también pasa por ser accesible y asequible para el ciudadano medio; y sobre todo sostenible desde todos las perspectivas: económico, social, industrial y medioambiental.