Tribuna firmada por las asociaciones integrantes en Neutral in Motion, a través de José López-Tafall, director general de ANFAC; Arturo Pérez de Lucia, director general de AEDIVE; Jaime Barea, director corporativo de GANVAM; Juan Luis Barahona, presidente ejecutivo de FENEVAL; Marta Blázquez, vicepresidenta ejecutiva de FACONAUTO; José María Riaño, secretario general de ANESDOR; José-Martín Castro Acebes, presidente de AER; José Portilla, director general de SERNAUTO; y Javier González Pereira, presidente de ASCABUS y publicado en El Mundo el 14 de junio de 2022.

Hace apenas un siglo parecía impensable que pudiéramos tener a nuestro alcance tantas alternativas de movilidad. Fue en 1889 cuando el catalán Francesc Bonet escribía las primeras líneas de esta historia, patentando un triciclo para uso personal. A este, le siguieron nombres como Emilio de la Cuadra, José María Castro —junto al suizo Marc Birkigt, pioneros del denominado ‘proyecto Hispano-Suiza’, germen de la automoción en España—, Wifredo Ricart o Henry Ford, quienes, con su esfuerzo, lograron que hoy los ciudadanos tengamos plena autonomía para movernos libremente.

Es innegable el papel que la movilidad ha jugado en nuestra sociedad, símbolo clave de progreso social desde la época dorada de la Segunda Revolución Industrial hasta nuestros días. Progreso que ha supuesto un cambio de paradigma en nuestras ciudades, en las que la movilidad se posiciona como una pieza clave para acceder a lugares de trabajo o servicios esenciales (educación o sanidad). 

Surge, sin embargo, ahora otro reto ineludible: el impacto medioambiental y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. De hecho, esta semana Madrid será el epicentro mundial de discusión con la celebración del Global Mobility Call, gran cita que reunirá a expertos y líderes internacionales, para debatir, y también para poner en valor el papel de España como referente internacional del sector.

Es precisamente en el desafío europeo de ‘emisiones cero’ para 2050, cuando España tiene la necesidad como país de construir un modelo de movilidad propio que, sin basarse en prohibiciones, garantice una transición progresiva hacia la descarbonización. Ese modelo debe ser edificado sin temores, atendiendo a nuestras necesidades e inquietudes sociales, y, por supuesto, sin que otros nos marquen como ha de ser nuestra movilidad.

«España tiene la necesidad como país de construir un modelo de movilidad propio que, sin basarse en prohibiciones, garantice una transición progresiva hacia la descarbonización»

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Así, resulta inapelable erigir propuestas inherentes a nuestro yo como sociedad, adaptadas a nuestra idiosincrasia, geografía y actividades —desde la agrícola hasta la turística—. La automoción supone un claro motor económico para España —empleamos a cerca del 9% de la población activa y representamos el 10% del PIB nacional—. Y esto, lo debemos revalorizar.

En 2021, las asociaciones españolas de automoción decidimos unirnos para avanzar juntos hacia esa movilidad del futuro. Un futuro necesariamente marcado por la inclusividad, la multimodalidad, la neutralidad tecnológica y la urgente renovación de un parque que no para de envejecer.

En este escenario, lo deseable es un modelo circular, donde el agente activo sea el ciudadano como libre decisor de su propia movilidad, donde convivan en perfecto equilibrio autobuses, coches, motos, bicicletas y otros modos de transporte. Todo ello, sin dejar a nadie atrás, ni imponer visiones unilaterales que difícilmente se adapten a nuestras condiciones económicas, sociales y territoriales. Porque la descarbonización no debe suponer la imposición de un único modelo de movilidad, pues, en este camino, hay muchos modos para llegar a cumplirla.

«Hay que establecer un modelo circular, donde el agente activo sea el ciudadano como libre decisor de su propia movilidad, donde convivan en perfecto equilibrio autobuses, coches, motos, bicicletas y otros modos de transporte»

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Es vital, por tanto, el debate sobre el modelo que más le conviene a España, a nuestras empresas y ciudadanos. Pues, ni todos somos iguales ni tenemos los mismos intereses y necesidades. Aunar esfuerzos y construir una visión integrada y consensuada como sector, con las instituciones y con toda la sociedad, ayudará a crear ese necesario modelo de movilidad a la española.

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