• Las matriculaciones de turismos y todoterrenos sufrieron un grave descenso en el mes de marzo con un 69,3% menos, hasta las 37.644 unidades.
  • Las matriculaciones de vehículos comerciales ligeros registraron una importante caída del 67,2% respecto del mismo mes de 2019, hasta las 6.703 unidades.
  • Los vehículos industriales, autobuses, autocares y microbuses cierran el mes de marzo con una reducción de las ventas del 36,8%.

Madrid, 1 de abril de 2020. El cierre total de la distribución y comercialización de vehículos desde el pasado 16 de marzo, por la expansión de la pandemia del coronavirus y las restricciones del estado de alarma, ha supuesto, como era de esperar, un grave mazazo a las matriculaciones, colocando las cifras de marzo por debajo del nivel de los peores meses de la crisis económica. Todos los segmentos recortan sus ventas pero las ventas de turismos y vehículos comerciales ligeros pierden casi dos tercios de sus ventas habituales. En el caso de los turismos, se ha pasado de comercializar una media de 4.500 unidades diarias a registrar jornadas con 200 entregas.

Las matriculaciones de turismos y todoterrenos en marzo se quedaron en 37.644 unidades, un 69,3% menos que en el mismo mes del año anterior, con un día laborable más en 2020. El canal más afectado es el de alquiladores, al frenarse totalmente las actividades relacionadas con el turismo justo antes de la campaña de Semana Santa. Solo se han comercializado algo más de 500 unidades en los días del estado de alarma para este canal. Las ventas registradas en el canal de particulares y empresas en los últimos 15 días del mes, durante el obligado confinamiento, responden, casi con toda seguridad, a operaciones realizadas en los meses anteriores y que no se habían podido matricular.

VEHÍCULOS COMERCIALES LIGEROS

En marzo, se han matriculado 6.703 vehículos comerciales ligeros, un 67,2% menos que en el mismo mes del año pasado, lo que supone un importante descenso del 33,5% en el acumulado del año, con 36.284 unidades. El descenso de matriculaciones a causa de la crisis del coronavirus ha afectado a todos los canales que han visto reducidas sus ventas, especialmente el alquilador con una caída del 74,9%, y 8.160 unidades matriculadas.

INDUSTRIALES Y AUTOBUSES

Las matriculaciones de vehículos industriales, autobuses, autocares y microbuses se redujeron un 36,8% durante marzo, con 1.321 unidades, y sumando una caída del 18% en los tres primeros meses del año, con un total 5.736 vehículos matriculados. Los vehículos industriales han caído un 30,8% durante este último mes, con importantes retrocesos por encima del 20%, a excepción de los vehículos industriales ligeros entre 3,5 y 6 toneladas que han crecido un 28,4%. Por su parte, los autobuses, autocares y microbuses han tenido la misma tendencia que el resto del mercado con un decrecimiento en el tercer mes del 69% y 102 unidades matriculadas.

DECLARACIONES                         

Noemi Navas, directora de comunicación de ANFAC, señaló quenos encontramos ante un mes y unos registros de ventas sin parangón en la historia de las matriculaciones en España, como también nos encontramos como país ante una de las crisis sanitarias más complejas y duras enfrentadas jamás. Las ventas están paralizadas y esta situación se prolongará, al menos, mientras dure el estado de alarma porque el principal objetivo es superar la pandemia. Sin embargo, estamos trabajando ya en el escenario de salida y recuperación. Las matriculaciones venían arrastrando caídas desde agosto de 2018 y esta crisis añade incertidumbre entre los consumidores. Desde ANFAC, pensamos que es posible volver rápido a donde estábamos. Vamos a necesitar un plan de choque de relanzamiento del sector que recoja medidas específicas para la automoción que sirva para recuperar rápidamente el mercado y la producción, con unos planes de ayuda a la compra que se centren ahora en la renovación integral del parque”.

Raúl Morales, director de comunicación de Faconauto, indicaque “Las cifras hablan por sí mismas: el descalabro en las matriculaciones es histórico. Con los concesionarios cerrados, esperamos un mercado inexistente o con caídas cercanas al 90% los dos próximos meses. Pese a ello, deberíamos aspirar a tocar fondo antes de que acabe el primer semestre y trabajar duro en la segunda mitad del año para arrancar de nuevo el sector. La acción de los gobiernos central y autonómicos es clave para controlar el virus, pero también lo va a ser para articular un plan de choque con medidas concretas y coyunturales, si queremos que el automóvil sea realmente el motor de la recuperación. Al respecto es esencial que se dejen de cometer los errores de coordinación y criterio entre el Gobierno y las comunidades autónomas que estamos viendo, e incluso entre los diferentes ministerios, a la hora de poner en marcha medidas económicas y laborales tan necesarias para amortiguar el impacto de la pandemia, pero que están resultando unilaterales y que tendrán efectos negativos para las empresas, para los trabajadores y, por extensión, a la recuperación.

Según la directora de Comunicación de Ganvam, Tania Puche, “el parón de la actividad como consecuencia de la crisis del coronavirus ha hecho que durante el estado de alarma las matriculaciones lleguen a caer diariamente cerca del 90%, lo que significa matricular apenas 300 unidades al día. Teniendo en cuenta que las redes de distribución operan con márgenes inferiores al 1% sobre la facturación, esta situación supone, lógicamente, dar ya el año por perdido, con las consecuencias que esto va a tener sobre el empleo. Por supuesto que lo primero es la salud, pero también hay que evitar la destrucción de puestos de trabajo para que la segunda prioridad, que es la economía, no colapse. Por eso, en lugar de que todos los ERTE terminen cuando acabe el estado de alarma, sería bueno que se aceptara una reincorporación gradual del personal sometido a estos expedientes temporales, ajustándolo al ritmo de recuperación, precisamente para proteger a los trabajadores. De lo contrario, se convertirán en ERE por causas económicas, Y, desde luego, el aumento del desempleo aumentará también la desconfianza de los inversores y de los propios consumidores”.